lunes, 12 de septiembre de 2011

¿Somos empresas del conocimiento?

Foto: Tungphoto

¿A qué se dedica la Arqueología comercial?. Vale, sí, es una pregunta retórica, pero no está de más analizarla.

La Arqueología comercial nace como un servicio, y prácticamente, continúa así. Pocos han dado el salto a crear productos, entendidos como servicios estandarizados y paquetizados.

Y dado que, en términos generales no fabricamos objetos físicos, el producto de nuestro trabajo acaba siendo conocimiento,  expresado de diversas formas (mapas, informes, dibujos, fotografías, etc…).

Nuestros clientes nos pagan (aunque no lo sepan) por generar conocimiento.  La Arqueología comercial está basada en el concepto de que “el que contamina, paga” ¿Y que paga?. Paga el estudio de lo que va a afectar, de modo que su actuación constructiva/destructiva se compense con el estudio de ese patrimonio. Es decir, que no se pierda ese conocimiento por su acción. Y paga por en análisis de las medidas a tomar con ese patrimonio. Y si eso fuera un pago voluntario, entonces pocos promotores pagarían. Por ello la legislación obliga a esos señores a pagar.

Claro que el cliente promotor solo ve el obstáculo administrativo que se libera al sufragar la intervención arqueológica. Vale, pero el arqueólogo no puede tener esa visión tan limitada. Puede que el paciente no vea la complejidad de la operación, pero el cirujano está obligado a verla.

Es decir, que no nos pagan para liberar un trámite administrativo, sino para generar conocimiento sobre un pasado que va a ser afectado por una obra civil. Al promotor le puede dar igual, pero eso es lo que él está pagando.

El otro caso más habitual es cuando la Administración, bajo el criterio “conocer para poder proteger”, encarga trabajos. Ahí la cosa está clara. De nuevo, nos pagan por generar conocimiento.

Si no generamos ese conocimiento, no estamos haciendo nada útil. Debemos tener claro porque nos pagan, y qué somos: somos empresas del conocimiento. Nuestra razón de ser es generar conocimiento (Ojo, conocimiento y no solo información. Y tan conocimiento es la excavación, como las medidas de corrección de impacto o las propuestas de puesta en valor de un sitio).

Y si somos empresas del conocimiento, ¿porque no nos comportamos como tales? ¿Por qué seguimos modelos de organización y trabajo arcaicos?

Necesitamos migrar hacia modelos nuevos de organización y de trabajo. Modelos basados en la gestión del conocimiento, en optimización y automatización del trabajo, en productividad, en innovación, en aprovechamiento de la web, etc…

¿Cuantos arqueólogos usan sistemas de gestión documental, CRMs, sistemas integrados de registro y documentación, tienen área de I+D, usan metodologías de gestión de proyectos, control de rentabilidad, sistemas de comunicación web, etc…?. Y no es cuestión de dinero. Muchas de esas herramientas son gratuitas o de bajo coste.

Yo todavía conozco a gente haciendo gran parte del trabajo en Word… Y pensando que su trabajo es excelente, solo por haberle dedicado cuatrocientas horas.

Es posible que dentro de un tiempo, esos modelos nuevos permitan, a quienes los adopten, ser competitivos, más que quienes no lo han hecho. En otros sectores igual de jóvenes que la Arqueología comercial, como las TI, ya no se conciben otras formas de trabajar y organizarse.

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